sábado, 6 de febrero de 2016

TEMA 10.

LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN:


1.- LA CRISIS DE 1808. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL.

  La crisis de 1808.
En 1807 Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau. En el cual permitía a las tropas francesas pasar por España con el fin de que dichas tropas conquistaran Portugal, país aliado de Inglaterra, con la que Francia estaba en guerra.
El objetivo de los franceses era dividir Portugal en tres partes, de las cuales, una de ellas iría destinada a Godoy. Con la firma del Tratado de Fontainebleau, Napoleón dispersó sus tropas en distintos puntos de España, lo que levantó serias sospechas a Godoy sobre la intención de Napoleón de conquistar la Península. Debido a esto, Godoy quiso trasladar la Familia Real a Andalucía y, desde allí, iniciar una resistencia al avance napoleónico. Sin embargo, en 1808 estalló el Motín de Aranjuez.
En 1808 los españoles iniciaron un levantamiento contra Godoy y Carlos IV. Tras lo sucedido, Carlos IV se vio obligado a destituir a Godoy del poder y abdicar a favor de su hijo Fernando VII. Godoy reclamó la ayuda de Napoleón con la intención de que éste le ayudase a recuperar su trono.
Napoleón Bonaparte, estratégicamente, consiguió atraer a Bayona a Carlos IV y a Fernando VII. Una vez allí, Fernando VII devolvía el trono a su padre, el cual renunciaba a él en favor de Napoleón, quien se lo cedió a su hermano José Bonaparte. El 2 de mayo de 1808 el pueblo madrileño se amotinó al saber que el resto de la familia Real abandonaba el país; que fue reprimido por las tropas francesas con el fin de implantar el reinado de José Bonaparte.
  La Guerra de la Independencia (1808-1814).
El motín producido el 2 de Mayo de 1808 acabó desencadenando en la Guerra de la Independencia. La cual fue una guerra de liberación y, a la vez, una guerra civil, enfrentando a “los afrancesados”, que apoyaban el reinado de José Bonaparte contra aquellos españoles que no estaban a favor del reinado de José Bonaparte. Estos últimos, se dividen a su vez en dos grupos: Los liberales (defendían el reinado de Fernando VII y una nueva monarquía) y los absolutistas (defendían el reinado de Fernando VII como monarca absoluto).
Las fases de la Guerra de la Independencia:
- Hasta noviembre de 1808: La resistencia española consiguió algunas victorias sobre el ejército francés, por ejemplo, la guerra de Bailén.
- Noviembre de 1808—enero de 1812: Napoleón regresa a España para dirigir las operaciones personalmente durante meses, los españoles dieron uso al sistema de guerrillas y contaron con el apoyo de Inglaterra para vencer a Francia.
- Enero de 1812—final de la guerra: Al enviar parte de las tropas francesas al frente contra Rusia, generó la victoria del bando español, el cual fue apoyado por Inglaterra y Portugal.
La Guerra de la Independencia termina en 1814 con la firma del tratado de Valençay, tratado en el cual Napoleón reconoce a Fernando VII como futuro rey de España.
  El comienzo de la revolución liberal.
Al mismo tiempo que ocurre la Guerra de la Independencia, en España se produce una revolución liberal. En estos momentos:
Una parte de España está gobernada por José Bonaparte, donde la resistencia francesa salió victoriosa. Otra parte estaba gobernada por las Juntas Locales, donde las fuerzas napoleónicas no tuvieron triunfo. El poder las juntas se limitaba a las localidades. Éstas, se integraron a las Juntas Supremas Provinciales, cuyo poder se limitaba a las provincias. La necesidad de coordinación entre las distintas provincias, dio lugar a la creación de una Junta Suprema Central, que asumió la tarea de dirigir la guerra contra los franceses. Con el tiempo, la Junta Suprema Central traspasó sus poderes al Consejo de Regencia (actuaba en el nombre de Fernando VII mientras este estaba retenido en Bayona). El Consejo de Regencia se estableció en Cádiz, la zona considerada más segura de la Península.
El Consejo de Regencia se encargó de convocar a las Cortes, elegidas por los ciudadanos varones mayores de 25 años. Una vez elegidas las Cortes, éstas se reunieron con el objetivo de elaborar un Decreto de Constitución estableciendo estos principios:
1. Soberanía nacional: Es decir, el pueblo tiene derecho a elegir a sus gobernantes  con sus respectivas leyes.
2. División de poderes del Estado: Legislativo, ejecutivo y judicial.
3. Las Cortes se encargarían del poder legislativo, es decir, en elaborar leyes.
4. La elaboración de una Constitución.
  

2.- LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812.


  Las Cortes de Cádiz.
Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) se gestó un nuevo régimen político, se produjo una revolución política, porque significaba asumir la soberanía nacional y romper el absolutismo. Primero surgieron Juntas locales, luego Provinciales y en septiembre de 1808 la Junta Central Suprema, que se convirtió en gobierno de la resistencia.
Trasladada a Cádiz la Junta Central Suprema, desacreditada por las derrotas militares, dio paso a un Consejo de Regencia, compuesto por cinco miembros, siendo el órgano de gobierno hasta el regreso de Fernando VII. Aunque la Junta Central ya había debatido la idea de una reunión de Cortes Generales, la Regencia no se decidió hasta que llegó la noticia del establecimiento de poderes locales en ciudades americanas, que podían poner en peligro el imperio español. Las Cortes sé autoconstituyen en Asamblea Constituyente y asumen la soberanía nacional. Se inician las sesiones (septiembre-1810), con el juramento de los diputados de defender la integridad de la nación española (incluida América), las Cortes funcionaron hasta la primavera de 1814.
La mayoría de los diputados eran de clases medias, eclesiásticos, abogados, militares, funcionarios, catedráticos, y miembros de la burguesía; clases populares y mujeres no estaban representadas. Los diputados formaban tres tendencias: liberales partidarios de reformas revolucionarias, ilustrados partidarios de reformas moderadas sin cambiar el sistema absolutista, y absolutistas que pretendían mantener el viejo orden monárquico.
Las Cortes aprobaron una serie de medidas que desmantelaban en parte los fundamentos políticos, sociales y económicos del Antiguo Régimen. Entre las medidas sociales y económicas están:
• La supresión del régimen señorial, que impedía la modernización de la administración local y provincial. Fueron derogados los gremios para dar paso a las modernas relaciones de producción liberal-capitalista.
• La nueva desamortización, aplicada a las propiedades de afrancesados, de las órdenes militares disueltas, de los conventos y monasterios destruidos por las guerras, y a la mitad de las tierras comunales.
• Se suprimen las aduanas interiores y el Honrado Concejo de la Mesta.
• Decretan la abolición de la Inquisición y supresión de conventos con menos de 12 miembros.
• Se aprueba el Decreto de libertad de prensa, junto al de producción, contratación y comercio.
• Se inició el debate sobre la reorganización territorial de España (con aportaciones de contenido regionalista), para conseguir la uniformidad territorial y centralización política.

La reforma política más relevante fue la Constitución de 1812 (19-marzo), primera ley fundamental aprobada por un Parlamento nacional en España. Sus principios básicos, inspirados en la Constitución francesa de 1789, eran:
• Soberanía nacional. La soberanía residía en la nación, incluidos los habitantes de las colonias.
• División de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes unicamerales, el poder ejecutivo en el Rey y sus ministros y el poder judicial en los tribunales. El monarca no podía disolver las Cortes y solo poseía un derecho de veto suspensivo y transitorio durante dos años sobre las leyes aprobadas en las Cortes.
• Establece como sistema de gobierno la monarquía constitucional.
• Reconoce derechos individuales y colectivos: libertad de imprenta, propiedad, educación etc.
• Igualdad de todos ante la ley. Se suprimen los fueros y leyes que iban en contra de la Constitución, se establecen códigos y tribunales para todos, igualdad fiscal, burocracia centralizada y un ejército nacional, estableciéndose una Milicia Nacional para garantizar el orden constitucional.
• Proclama el catolicismo como religión única y oficial del Estado.
• Sufragio universal masculino e indirecto como sistema electoral.
Los ciudadanos, de acuerdo con la Constitución, reconocen a Fernando VII como rey constitucional. La Constitución refleja el influjo de Iglesia y nobleza, declara un Estado confesional y reconoce las propiedades de los privilegiados.
Ni la Constitución de 1812, ni las leyes emanadas de las Cortes tuvieron una aplicación práctica por el estado de guerra que se vivía. Fernando VII no tuvo dificultad en derogar la Constitución, pero fue el símbolo del liberalismo y sirvió de inspiración a textos posteriores.



3.- FERNANDO VII: ABSOLUTISMO Y LIBERALISMO. LA EMANCIPACIÓN DE  LA AMÉRICA ESPAÑOLA:


El reinado de Fernando VII (1814 – 1933), se puede dividir en tres fases:
  El sexenio absolutista (1814 – 1820):
Mediante el  Tratado de Valencay (1813) Fernando VII era restituido en el trono español por Napoleón. Se iniciaba su reinado, en medio del entusiasmo general ante vuelta del monarca. Pero mientras los liberales deseaban que Fernando confirmase la obra de Cádiz y la Constitución, un grupo de diputados absolutistas, le presentaban el Manifiesto de los Persas, en el que le incitaban a restaurar la monarquía absoluta. Finalmente en mayo, Fernando VII declaraba nula y sin ningún valor, toda la obra legisladora de las Cortes gaditanas. Se iniciaba paralelamente una política de represión contra los liberales, que en gran número optaron por el exilio, mientras los que se quedaron en España, se vieron reducidos a la clandestinidad, donde formaron Sociedades Secretas siempre dispuestas a la conspiración. No es de extrañar que entre 1815 y 1820, menudearan pronunciamientos militares de signo liberal, como los protagonizados por Lacy, Porlier o Espoz y Mina. Pero en 1820, sería el del general Riego, en Cabezas de San Juan (Sevilla), el que acabaría triunfando. Fue la extensión de este pronunciamiento por otras ciudades (La Coruña, Zaragoza…) lo que llevó a Fernando VII a capitular y jurar la Constitución de1812.
  El trienio liberal (1820 – 1823):
Se inicia de esta manera, la segunda fase del reinado en la que parecía que se iba a dejar atrás el Antiguo Régimen poniéndose en marcha el proceso de revolución liberal. Sin embargo, pronto se vio que el monarca estaba muy poco comprometido con esta causa y utilizaba todos los mecanismos que le proporcionaba la Constitución para entorpecer la labor de los gobiernos. Además surgió una escisión en el seno de los liberales entre los moderados o doceañistas - partidarios sin más, de aplicar la obra de Cádiz-  y los exaltados o veinteañistas, que mantenían actitudes más radicales. En los tres años de gobiernos liberales accedieron al poder ambas tendencias, aplicando medidas como la supresión de los mayorazgos o la abolición del régimen señorial. De todas formas, desde 1822  creció la oposición de los absolutistas, que se tradujo en acontecimientos como la Regencia de Urgel, la sublevación de la Guardia Real y la aparición de partidas guerrilleras, que buscaban la restauración del viejo orden. Pero fue la intervención de un ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis), al amparo de la Santa Alianza, el que restituiría a Fernando VII, como monarca absoluto, por segunda vez.
  La década absolutista (1823- 1833):
En esta última etapa, se restaura el absolutismo  y se vuelve a ejercer una dura represión contra los liberales. La actitud pendular del monarca durante todo su reinado acabó por configurar en su contra una doble oposición:
- Los liberales: contrarios por naturaleza al absolutismo.
- Los apostólicos: absolutistas exaltados, descontentos con el rey, por llevar a cabo una política que consideraban moderada.
Los últimos años del reinado estuvieron marcados por el problema sucesorio. La reina María Cristina estaba embarazada, del que podía ser el único heredero al trono. En España la Ley Sálica, estaba vigente desde la llegada de los Borbones y ante la posibilidad de que el sucesor de Fernando VII pudiera ser una mujer, el monarca, se decantó por abolir la Ley Sálica (Pragmática Sanción). Nacería así el problema del Carlismo, ante la negativa de Carlos, hermano del rey, a aceptar este cambio sucesorio.

  La emancipación de la América española:
Las causas que llevarían a la lucha por la independencia de los territorios americanos fueron: la política de control económico y supeditación a España de dichos territorios, la marginación política de los criollos (excluidos de los cargos políticos más importantes) y la extensión de las ideas del liberalismo.
 En una primera fase (1808 – 1815), tras la invasión napoleónica de la península, en los territorios americanos también se constituyeron juntas que aunque en un principio, fueron fieles a Fernando VII, irían virando hacia posiciones autonomistas (Caracas, Bogotá…). Con la vuelta del monarca a España, se enviaron varias expediciones a América que parecieron controlar la situación (salvo en el Río de La Plata).
Entre 1816 y 1824, se desarrollarían las ofensivas definitivas por la independencia, lideradas por San Martín y Bolívar, que confluyeron sobre el enclave realista del Perú, donde los españoles se hicieron fuertes. San Martín partiendo de Argentina liberó Chile (1818) y Perú (1821), mientras Bolívar cae primero sobre Colombia (1819) y después libera Venezuela (1821) y Ecuador (1822). Los españoles resistían en el Alto Perú (actual Bolivia), pero tras la batalla de Ayacucho (1824), la independencia de la América española es ya un hecho.
Cabe mencionar también, que Méjico había conseguido su independencia en 1821, de forma menos traumática, de la mano de Agustín de Iturbide, que se coronó rey, aunque por poco tiempo.

La pérdida de estos territorios produjo un fuerte impacto sobre la economía al perderse los mercados americanos (lo que supuso un duro golpe para la industria nacional) y desaparecer los caudales de Indias. EEUU y Gran Bretaña, sustituirán a España como potencias predominantes en la zona y precisamente, de manos de EEUU, se perderán a finales de siglo los últimos territorios Americanos (Cuba y Puerto Rico, además de Filipinas).

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