domingo, 6 de marzo de 2016

TEMA 13.

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX



1. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS. PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS. LAS PECULIARIDADES DE LA INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. MODERNIZACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS: EL IMPACTO DEL FERROCARRIL:

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Las transformaciones económicas más importantes  en la España del SXIX fueron: la desamortización, la industrialización y el desarrollo del ferrocarril.

PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS:

Las desamortizaciones consistieron en la expropiación por parte del Estado, de tierras eclesiásticas y municipales para su posterior venta a particulares, en pública subasta. Aunque se dieron algunos precedentes en el SXVIII, destacan sobre todo dos episodios:
                  - La desamortización de Mendizábal (1836): venta por subasta de las tierras expropiadas a las órdenes religiosas (clero regular). Se buscaba sanear la Hacienda, financiar la guerra civil contra los carlistas y convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal.
                  - La desamortización general de Madoz (1855): afectaba a las tierras de la Iglesia aún no vendidas y a las de propiedad municipal. Se buscaba con ello, reducir la deuda pública y financiar la construcción del ferrocarril.
Efectos de las desamortizaciones: este fenómeno afectó a la mitad de la tierra cultivable del país.  El hecho de que fueran realizadas buscando recursos económicos y no como una reforma agraria, llevó a que no se modificase en lo esencial, la estructura de la propiedad. Simplemente la tierra cambió de propietarios. La consecuencia positiva fue la puesta en cultivo de extensiones que no estaban explotadas por sus antiguos dueños.
Una agricultura de bajos rendimientos: La agricultura española se basaba en la trilogía mediterránea: olivo, vid y sobre todo trigo (éste último ocupaba el 90% de la superficie cultivada). La producción creció muy lentamente a lo largo del SXIX, debido a los escasos rendimientos agrícolas motivados por la escasez de innovaciones técnicas. Este panorama de estancamiento continuó durante toda la centuria, debido a que los altos aranceles impuestos a los cereales de importación, desincentivaron la puesta en práctica de mejoras agrarias. Por el otro lado sí que despegó un sector agrícola de altos rendimientos (vinculado a los productos de la huerta mediterránea), que pese a ser uno de los más competitivos de Europa, representaba un porcentaje insignificante en la superficie de cultivo.

PECULIARIDADES DE LA INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL:
El proceso de industrialización en España fue débil, tardío y limitado al entorno catalán y vasco.
La industria textil catalana: fue la única que se originó con capitales autóctonos, teniendo como sector más dinámico el algodonero. Creció en gran parte gracias a la protección arancelaria.
La siderurgia: no tenía buenos condicionantes para su desarrollo debido a la ausencia de carbón de buena calidad y a una demanda insuficiente (por el escaso desarrollo del sector industrial y agrícola). Después de la localización de la siderurgia en Andalucía y Asturias, donde finalmente despuntó el sector fue en el País Vasco. Su despegue se produjo a partir de la Restauración.
La minería: no se desarrolló hasta el último cuarto de siglo debido a la falta de capitales, conocimientos técnicos y una legislación de minas que impedía la iniciativa empresarial. La ley de Bases sobre minas (1868) abrió el camino hacia la explotación de muchos yacimientos que en su mayor parte fueron propiedad de compañías extranjeras.
Teniendo en cuenta todo lo anterior se puede hablar de fracaso de la Revolución Industrial en España, en parte debido a estos factores:
- La inexistencia de Revolución agraria: esto hizo que la población no creciera excesivamente (estancando la demanda), que la agricultura no demandara productos industriales y que no se trasvasara mano de obra desde el sector agrario al industrial.
- La escasez de capitales nacionales y la baja capacidad productiva de la industria española. Esto redundó en una baja productividad y propició que los capitales foráneos dominasen sectores básicos como los transportes y la minería.
- La inexistencia de un mercado nacional desarrollado (demanda insuficiente) y con buenas comunicaciones, que facilitara los intercambios comerciales.

La política comercial y los intercambios exteriores: España se convirtió en exportadora de materias primas (plomo, mercurio, cobre y hierro) e importadora de productos industriales, lo que daba como resultado una balanza comercial deficitaria. La política comercial durante este siglo tuvo un claro dominio del proteccionismo, fruto de la presión de los empresarios textiles catalanes, los siderúrgicos vascos y los cerealistas castellanos.

EL FERROCARRIL:
Las primeras líneas ferroviarias se desarrollaron a mediados de siglo (Barcelona – Mataró, Madrid- Aranjuez y Langreo – Gijón), pero el desarrollo no comenzó a ser significativo hasta la promulgación de la Ley de ferrocarriles (1855), que dejaba a iniciativa de compañías privadas, la construcción y explotación de las redes, permitiendo la entrada de capitales extranjeros, así como la concesión de subvenciones. Esto provocó la proliferación de sociedades de capital extranjero (francés y británico, predominantemente) que importaron material ferroviario del exterior, lo que hizo que no se estimulase la industria siderúrgica nacional. Además la articulación de las redes, con predominio de una estructura radial, que primaba las comunicaciones de Madrid con la periferia peninsular, tardó décadas en paliarse. Como consecuencia positiva cabe destacar que la expansión del ferrocarril contribuyó a la consolidación de un mercado nacional, con la eliminación progresiva de las diferencias regionales en los precios de los artículos.


2. TRANSFORMACIONES SOCIALES. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO. DE LA SOCIEDAD     ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES. GÉNESIS Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA.


CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO:
El crecimiento demográfico español fue uno de los más bajos del continente ya que hasta principios del siglo XX se mantuvo el ciclo demográfico antiguo caracterizado por una alta natalidad y una alta mortalidad. Esta última venía motivada por una alimentación escasa y desequilibrada, por la incidencia de las epidemias (como la del cólera de 1885), la falta de higiene y una medicina con escaso desarrollo. La población pasó de los 11.500.000, en 1800, a los 18.600.000, en 1900, mientras la esperanza de vida rondaba los 35 años en esta última fecha. Pese a que se incrementó el éxodo rural (debido al estancamiento del mundo agrario y las nuevas expectativas laborales que ofrecían las ciudades) solo Madrid y Barcelona estaban en torno al medio millón de habitantes, con un predominio todavía claro de la población rural (70% del total). Resultado de esas migraciones el crecimiento demográfico de la periferia de española fue mucho mayor que el de la España interior (salvo Madrid).

LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES:

A lo largo del siglo XIX, la vieja sociedad estamental (basada en el privilegio de sangre, la desigualdad jurídica y con escasa movilidad social) fue desapareciendo en detrimento de la  naciente sociedad de clases. En esta nueva sociedad, las clases sociales son grupos abiertos, a los que se pertenece en función del trabajo y de la riqueza y no por nacimiento. Es una sociedad dinámica y abierta, que aunque se asentaba en los postulados liberales de libertad e igualdad ante la ley, en la práctica mantuvo las desigualdades de tipo económico.
- La clase alta era el nuevo bloque social dominante: estaba integrada por la antigua aristocracia terrateniente, la nueva burguesía de negocios (industriales, financieros banqueros, compradores de tierras desamortizadas), altos cargos del estado,mandos militares y el clero, que aunque con menor poderío económico, siguió manteniendo su influencia.
- La clase media urbana: fue escasa en número (5%) y estaba integrada por pequeños comerciantes, funcionarios, profesiones liberales (abogados, médicos…)…
- Clases populares: eran el grupo más numeroso. Destaca el campesinado (66% de la población total) que no pudo acceder a la compra de tierras desamortizadas y en muchos casos perdió el usufructo de las comunales. Muchos emigraron y otros se convirtieron en jornaleros (en el centro y sur peninsular), manteniendo unas duras condiciones de vida debido a los bajos salarios, la mala alimentación y el paro estacional. En el medio urbano había predominio de trabajadores de talleres artesanales, criados etc, porque el  proletariado era todavía escaso (salvo en Barcelona, Bilbao y Asturias).  Vivían  en condiciones infrahumanas, en barrios de chabolas insalubres, con largas jornadas de trabajo y salarios ínfimos.

GÉNESIS Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA:

Mientras que, para determinados grupos sociales, el crecimiento industrial y agrario les  trajo grandes beneficios, para otros, como el proletariado, no supuso una mejora de las condiciones de vida. Como consecuencia de esto, las luchas sociales se intensificaron a lo largo del siglo XIX. Los antecedentes del movimiento obrero se remontan a la década de los 30 del siglo SXIX. Nacieron algunas asociaciones, como las “sociedades de socorro mutuo”; y se produjeron algunas protestas de carácter ludita, como los conflictos en 1835 en la fábrica “El Vapor” en Barcelona, o las protestas contra las “selfactinas” en 1854. Estas primeras manifestaciones del movimiento obrero fueron duramente reprimidas por los gobiernos de la época. También el Partido Demócrata y los republicanos asumieron las reivindicaciones sociales de los trabajadores hasta la creación de asociaciones con programas  exclusivamente obreros. Pero no sería hasta el Sexenio Democrático (1868 – 1874) cuando se produjo la expansión del movimiento obrero, debido a la confluencia de varios factores:
- La fundación de la Primera Internacional (AIT) en 1864 (organización creada en defensa de  la emancipación de la clase obrera) que difundió las nuevas doctrinas socialistas y anarquistas. La Sección Española de la A.I.T nació debido al impulso del anarquista italiano Giuseppe Fanelli. Desde un principio en los "internacionalistas" españoles hubo claro predominio de la ideología anarquista, inspirada en el pensamiento de Bakunin. Como era  de esperar por su mayor grado de industrialización, el movimiento anarquista  tuvo  un mayor desarrollo en Cataluña. Por otro lado, Paul Lafargue, yerno de Marx, vino a nuestro país a propagar las ideas del marxismo
- El reconocimiento del derecho de asociación que recogía la Constitución de 1869.
-  El clima de inestabilidad en el que se desarrolló la I República, que fomentó la agitación revolucionaria.
Con la Restauración, se produjo un periodo de decadencia, al ser prohibidas las asociaciones obreras, hasta 1887, en que Sagasta, promovía una ley de asociaciones (1887), que hacía salir a éstas de la clandestinidad.
El movimiento obrero se dividió en dos tendencias, al igual que había sucedido a nivel europeo desde 1872:
- Tendencia marxista: representada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fundado en 1879 en torno a la agrupación de tipógrafos, entre los que estaba su líder Pablo Iglesias. Este partido tenía un programa político con las siguientes peticiones: derecho de asociación, reunión y manifestación, sufragio universal, reducción de la jornada de trabajo  y  prohibición del trabajo infantil. En 1888 los socialistas fundaron el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) que practicó una política socialista muy prudente recurriendo a la huelga sólo como última opción. Tanto el PSOE como la UGT, tuvieron su mayor implantación en Madrid, Bilbao y Asturias, consiguiendo su primer diputado en 1910.
- Tendencia anarquista: ejerció su mayor influencia en Andalucía, Aragón, Cataluña y  Valencia. Desde el principio estuvo dividida en torno a dos tipos de organizaciones:
·         Grupos de acción directa: que utilizaban la violencia para conseguir el cambio político, centrándose en terratenientes, políticos (asesinato de Cánovas del Castillo), empresarios e incluso el propio rey Alfonso XIII. De entre estos grupos clandestinos cabe mencionar la Mano Negra.
·         La Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). Se fundó en 1881 y era de tendencia anarco –sindicalista. Rechazaban la formación de partidos obreros y su participación en el sistema político burgués (elecciones, gobiernos…), asumiendo sólo como instrumento válido de acción, la huelga general revolucionaria y la agrupación de los obreros en sindicatos. La FTRE, aunque era un grupo pacífico, se disolvió por la persecución a la que fue sometido tras los atentados terroristas de la Mano Negra. En 1910 se creó la  CNT.


3. TRANSFORMACIONES CULTURALES. CAMBIO EN LAS MENTALIDADES. LA EDUCACIÓN Y LA PRENSA: 

TRANSFORMACIONES CULTURALES:
Durante la primera mitad del siglo XIX llegaron a España las corrientes artísticas denominadas Neoclasicismo y Romanticismo y, durante la segunda mitad, el Realismo y Naturalismo. El régimen liberal permitió a los intelectuales y artistas acercarse a las corrientes europeas y desarrollar actividades propias del nuevo estilo burgués lo que favoreció la expansión de los nuevos movimientos culturales europeos por España. El despertar de la cultura española coincidió con la crisis de finales del siglo XIX. En estos años se inició una etapa de gran esplendor científico y  cultural –Santiago Ramón y Cajal y generaciones del 98, 14 y 27 respectivamente-. La generación  del 98 criticó los defectos del sistema político de la Restauración –decadencia nacional y oligarquía del poder-, pero no hicieron propuestas políticas alternativas coherentes. En la generación del 98 destacaron ensayistas como Joaquín Costa y Ramiro de Maeztu, o escritores y periodistas como Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Ramón María del Valle-Inclán.
Frente al pesimismo de sus maestros del 98, la generación del 14 (José Ortega y Gasset) quiso encontrar soluciones a los problemas de España. Su propuesta era hacer una “nueva política” con el objetivo de modernizar y europeizar España.

CAMBIO EN LAS MENTALIDADES:

Durante el siglo XIX chocaron tradicionalismo e innovación.
- Tradicionalismo: basado en los valores propios del absolutismo del Antiguo Régimen y del liberalismo más conservador –tradición, jerarquía, orden y moral-, era defendido por intelectuales como Marcelino Menéndez y Pelayo, que identificaban España y catolicismo.
- Innovación: los pensadores liberales como Francisco Giner de los Ríos defendían una cultura abierta a las novedades del pensamiento europeo –darwinismo, racionalismo,  positivismo-, (impregnadas de modernidad y laicismo) para superar el atraso cultural y científico. A pesar de los cambios producidos, permanecieron vigentes muchos valores y costumbres heredados de épocas anteriores como el sentido del honor, la infravaloración del trabajo, la picaresca, la petulancia, el trato despectivo a los considerados inferiores, etc.

En la sociedad española se distinguían tres clases:

- Las clases altas: eran minoritarias y formaban un grupo bastante homogéneo, unido por la conservación de las viejas actitudes aristocráticas, como la ostentación de su riqueza, la vida palaciega y la organización de cacerías.
- Las clases medias: eran, en general, más progresistas que las altas pero, debido a su diversidad, ideológicamente más heterogéneas. Muchos de sus componentes aspiraban a intervenir en la vida política y formaban un segundo nivel del entramado caciquil y de los partidos.
-Las clases populares: representaban más del 80% de la población al iniciarse el siglo XX. La influencia del movimiento obrero anarquista y marxista desarrolló entre el proletariado la conciencia de clase y multiplicó su capacidad reivindicativa.

LA EDUCACIÓN Y LA PRENSA:

La educación: Mientras que en Europa prácticamente había desaparecido el analfabetismo, en España, a principios de siglo XX, aún superaba el 60% de la población. El modelo educativo español quedó fijado en 1857 por la ley Moyano, que dividía la enseñanza en tres niveles (educación primaria obligatoria, secundaria y universitaria), encargó su financiación a los ayuntamientos y estableció el derecho a la creación de centros privados, garantizando la influencia de la Iglesia en la enseñanza (plasmada en el Concordato de 1851). Por ello la asignatura de religión era obligatoria y existía además, una adaptación a la doctrina católica de los libros y de las explicaciones de los profesores. A principios del siglo XX la Iglesia impartía el 33% de la enseñanza primaria y casi el 80% de la secundaria.
Frente al conservadurismo de la enseñanza oficial y religiosa, Francisco Giner de los Ríos fundó en 1876 la Institución Libre de Enseñanza (ILE), siguiendo un concepto de renovación educativa. La ILE era un centro privado, laico y alternativo a la cultura oficial, que tenía como objetivo la formación de personas libres, fomentando la tolerancia y el espíritu crítico. La ILE introdujo en España métodos educativos de vanguardia (educación activa, experiencial e integral, con  nuevas actividades como la educación física, excursiones, canto…)
Por su parte, el movimiento obrero fomentó la enseñanza popular a través de las escuelas de alfabetización de los ateneos obreros. Hay que desatacar al pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia, creador de la Escuela Moderna (Barcelona, 1901), de orientación libertaria. Defendía una educación sin coacciones, racional, rechazo a la predominancia memorística, inculcar valores como la igualdad o la solidaridad (propios del anarquismo)….
La prensa: La prensa tomó un marcado carácter político desde principios del siglo XIX. Su papel fue decisivo en la difusión de ideas liberales, aunque tuvo que luchar contra las prohibiciones que impusieron el absolutismo de Fernando VII y los gobiernos conservadores isabelinos.
El pleno desarrollo de la prensa tuvo lugar a partir de la Ley de libertad de imprenta de Práxedes Mateo Sagasta, tras la Revolución de 1868. En 1873 se editaban en Madrid 102 publicaciones o gacetas. Nació una prensa informativa independiente con periódicos como El Imparcial o La Vanguardia, que incorporaban nuevos contenidos, con secciones de pasatiempos, anécdotas, humor y sobre todo los folletines (novelas por capítulos) con muy buena acogida por los lectores.
Los nuevos formatos de periódico aumentaron la tirada, aunque sin sobrepasar los 15.000 ejemplares, pues la mayoría de la población era analfabeta y de escaso poder adquisitivo. Se hicieron frecuentes las lecturas colectivas, las lecturas en cafés, ateneos y tertulias, pasando por muchas manos en un único ejemplar.
Paralelamente surgió la prensa obrera, que difundía los proyectos políticos de socialistas (El Socialista) o anarquistas (Tierra y Libertad) y revistas ilustradas satíricas como La Flaca y El Motín.

AUTORMarcos Munguía.

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viernes, 19 de febrero de 2016

Línea del tiempo.

TEMA 12.

  • 1868-1878>> Guerra de los 10 años en Cuba.
  • Enero 1874-Diciembre 1874>> Gobierno de Serrano. 
  • 1875-1885>> Reinado de Alfonso XII (Hijo de Isabel II). 
  • 1875-1931>> Restauración.   
  • 1876>> Supresión de los fueros vascos.   
  • 1876-1881>> Gobierno Conservador. 
  • 1876>> Fin de la Guerra Carlista. 
  • 1878>> Fin de la Guerra de Cuba. 
  • 1881>> Federación de los Trabajadores de la Región Española. 
  • 1881-1883>> Gobierno Liberal. 
  • 1884-1885>> Gobierno Conservador.
  • 1885>> Muerte de Alfonso XII.
  • 1885-1902>> Regencia de Mª Cristina de Habsburgo (Alfonso XIII).
  • 1885>> Pacto del Pardo.
  • 1885-1890>> "Gobierno Largo" de Sagasta.
    • 1887 >> Ley de Asociaciones.
    • 1889 >> Ley del Jurado.
    • 1889>>  Nuevo Código Civil y de Mercado.
    • 1890>> Ley de Sufragio Universal.
  • 1890-1892>> La vuelta de los Conservadores.
  • 1892>> Creación de Unió Catalanista.
  • 1892-1895>> Gobierno Liberal.
  • 1895>> Fundación Partido Nacionalista Vasco (PNV).
  • 1895-1898>> Guerra de Cuba con Estados Unidos.
  • 1895-1897>> Gobierno Conservador.
  • 1897>> Asesinato de Cánovas.
  • 1897-1899>> Gobierno Liberal.
  • 1898>> Crisis del 98.

TEMA 12.

LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO LIBERAL. LA RESTAURACIÓN.

1. EL REINADO DE ALFONSO XII: EL SISTEMA CANOVISTA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876:

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En 1874, en plena crisis de la I República, el general Pavía entró en las Cortes y las divolvió (enero de 1874). Aunque se mantuvo nomialmente la República, se nombró un gobierno militar autoritario presidido por Serrano que se mantendría en el poder hasta diciembre de 1874. De forma simultánea, Antonio Cánovas del Castillo (político conservador) conseguía el apoyo de las élites, la clase media y el ejército hacia su propuesta de restauración de la monarquía borbónica,  en la persona de Alfonso (hijo de Isabel II). De hecho el 1 de diciembre de 1874, el futuro Alfonso XII, firmaba el Manifiesto deSandhurst (escrito por Cánovas del Castillo), en el que se hacía una declaración de intenciones sobre el régimen que se pretendía restaurar: se asentaba en la monarquía como base del sistema, un ejército subordinado al papel civil y un nuevo sistema de partidos, que creasen un muro de contención frente a los radicalismos republicano y carlista. Pero los militares se adelantaron una vez más y el desencadenante de la Restauración fue un nuevo pronunciamiento militar, liderado por Martínez Campos. De esta manera, en enero de 1875 se iniciaba el reinado de Alfonso XII.

LAS BASES DE LA RESTAURACIÓN:


La monarquía: era la médula espinal del estado español. Regulaba los tres poderes del estado como moderadora y directora de la vida política.
LaConstitución de 1876: era de carácter moderado e inspirada en lo esencial en la de 1845.
-          La soberanía era compartida: rey – cortes.
-          Aumentaron las prerrogativas del monarca, según la tradición moderada: mantenía el poder ejecutivo, nombraba y separaba ministros, convocaba y disolvía las Cortes, sancionaba y promulgaba leyes…
-          En cambio se limitó el poder las Cortes que eran bicamerales: Senado elegido por el rey (magnates de la nobleza, clero…) y Congreso electivo (aunque el derecho de sufragio se dejaba pendiente para posteriores leyes orgánicas, al no precisar el sistema de votación)
-          En el aspecto religioso, se mantuvo la confesionalidad católica del estado (mantenimiento de su culto), pero se introducía la libertad religiosa, aunque limitada a las manifestaciones privadas.
El sistema de partidos: Cánovas, admirador del modelo inglés de alternancia pacífica de partidos, no previó el número de partidos, pero acabó imponiéndose un sistema bipartidista, similar al británico: partido conservador y liberal. Ambos, tenían una considerable indefinición ideológica. En términos generales:
-          Partido Conservador: liderado por Cánovas. Eran defensores del orden social y público, de la propiedad y de los valores establecidos por la Iglesia. Sus bases sociales eran la Burguesía financiera y latifundista, la aristocracia y la jerarquía católica.

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Partido Liberal: liderado por Sagasta. Están más cerca del progresismo, abogando por reformas sociales, educación y un cierto laicismo. Sus bases sociales son la Burguesía industrial y comercial, profesiones liberales y funcionarios, más clases medias.
-          Al margen del sistema: estaban los movimientos de base obrerista (anarquistas y socialistas).
El turnismo y la práctica del fraude electoral: Se instauró un acuerdo tácito de que los dos  partidos que apoyaban la monarquía de Alfonso XII se turnaran en el poder, mediante la manipulación del proceso electoral, que permite hablar de la existencia de una democracia formal o un sistema liberal sin democracia.
El sistema de turno seguía estos pasos:
-          Cuando se advertía cierto desgaste en el gobierno, el rey llamaba a gobernar al que se encontraba en la oposición entregándole el decreto de suspensión de las Cortes.
-          El partido del gobierno convocaba nuevas elecciones, que se manipulaban para que obtuviese un parlamento que respaldase su acción de gobierno.
Los dos partidos del turno tenían su propia red organizada, para asegurarse los resultados electorales que les permitieran gobernar sin problemas:
-          Desde Madrid la minoría política dirigente (ministros, senadores, diputados) Transmitían las instrucciones a los gobernadores civiles de cada provincia.
-          Los gobernadores civiles elaboraban la lista de los candidatos que habían de salir elegidos en cada localidad (encasillados) y daban, para ello, las instrucciones necesarias a los caciques locales.
-          Los caciques locales (personalidades de la localidad o comarca con poder e influencias, bien por su riqueza económica, bien por su prestigio o sus contactos) podían controlar a mucha gente que dependía de ellos (para conseguir un trabajo, para obtener una licencia, para una recomendación o para no despertar su enemistad) y encaminar los resultados electorales según le conviniera. Si esto no funcionaba se aplicaban otros procedimientos de lo más variopinto como el pucherazo (retirada de las urnas por la policía antes del recuento, cambio de urnas, añadido de votos falsos…).

LA SUCESIÓN DE LOS GOBIERNOS:


El dominio del partido conservador (1876 – 1881) (1884 – 85): se pusieron en marcha medidas de signo conservador (ley electoral restrictiva, control de la libertad de expresión y cátedra, aplicación del Concordato…). También se puso fin a la guerra carlista (1876) suprimiéndose los fueros vascos  y navarros y se puso fin a la guerra de Cuba, con victoria española en 1878 (concediéndole cierta autonomía a la isla)
El gobierno liberal (1881 – 83): aprobó la libertad de imprenta, amplió el derecho de sufragio y modernizó el ejército y la marina.

2. LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA. REGIONALISMO Y NACIONALISMO

La Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885 – 1902) y el turno de partidos: 
La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. El sistema aún no estaba consolidado y por ello tras la muerte del rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron, en el denominado Pacto del Pardo (1885), el funcionamiento del sistema de turno.
En el denominado "gobierno largo" de Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de reforma política:
-          La ley de asociaciones de 1887: legalizó los sindicatos y partidos obreros (así nació la UGT y el PSOE) y reguló la presencia pública de las órdenes religiosas
-          La ley del jurado de 1889: suprimió la censura previa e impidió que la jurisdicción militar actuara en delitos de difamación o calumnia.
-          El nuevo código civil de 1889 y de comercio: mejoró el funcionamiento del estado liberal y colocó una última pieza en el asentamiento del orden social burgués.
-          La ley de sufragio universal de 1890: permitió integrar en el sistema a los republicanos posibilistas de Castelar, aunque el funcionamiento del fraude electoral dejó vacía de contenido esta ley.
La vuelta de los conservadores (1890 -92): trajo consigo la adopción de medidas proteccionistas (Ley de Aranceles) para proteger la industria nacional.
Gobierno liberal (1892 – 95): lo más destacado fue el proyecto de reforma de la administración de Cuba, que acabó fracasando, lo que acabó desencadenando la guerra de Cuba (1895). Los conservadores volvieron al poder en 1895, hasta que el asesinato de Cánovas (1897) abrió el paso a un nuevo gobierno liberal (1897 – 99), que tuvo que gestionar la guerra de cubana que terminó con la independencia de la isla y Puerto Rico (además de Filipinas).

La oposición al sistema:

El régimen de la Restauración, basado en la alternancia de los dos grandes partidos, marginó a amplios sectores políticos y sociales carlismo, republicanismo, movimiento obrero y nacionalismo).
Carlismo: la derrota de Carlos VII en 1876 cerró la etapa de confrontación armada con el poder, abriéndose la vía política. De todas formas, el movimiento estaba dividido, convirtiéndose en un movimiento marginal, salvo en Navarra y País Vasco.
Republicanismo: con su proyecto basado en el sufragio universal, el laicismo y la fe en el progreso, (apoyado en la educación y la ciencia), mantuvo su influencia entre sectores industriales de la clase media y los obreros. Sin embargo, políticamente se dividió en varias tendencias (posibilistas, centralistas, federales).
Movimiento obrero: en España, estaba dividido en dos tendencias:

-   Marxistas: representados en el PSOE, fundado en 1879. Nació como un partido, obrero y revolucionario. Ya en el SXX evolucionó hacia posturas socialdemócratas reformistas.
-   Anarquistas: propugnaban la igualdad social y la abolición del Estado y de cualquier tipo de autoridad, sustituida por asociaciones libres de trabajadores. Aparecían agrupados en la Federación de Trabajadores de la Región Española (1881).
El movimiento obrero sufrió una fase de decadencia al principio de la Restauración, del que se recuperó gracias a la legalización de las organizaciones obreras (Ley de Asociaciones 1887). De todas formas durante este periodo no hubo ningún representante de la clase obrera en las Cortes a causa del falseamiento electoral, el abstencionismo político de los anarquistas y el radicalismo del PSOE, que rechazó alianzas electorales con los republicanos a los que consideraba reformistas burgueses.
Regionalismo y nacionalismo: Los movimientos nacionalistas periféricos, sobre todo en Cataluña y País Vasco, surgieron como respuesta al proceso de centralización política y de uniformidad cultural impulsado por la Restauración. En un principio estos nacionalismos se apoyaron en las  clases medias y populares, pero posteriormente las burguesías dirigentes de estos territorios lo utilizaron como instrumento político para obtener ventajas económicas:
-   El catalanismo: desde el principio fue un movimiento autonomista y democrático. Sus ideólogos fueron Valentín Almirall y Enrique Prat de la Riba, fundadores de la Unió Catalanista (1892), cuyo programa político plasmado en Las Bases de Manresa, proponía  una Cataluña liberal y moderada con Parlamento propio y el catalán como lengua oficial.
-   El nacionalismo vasco: surgió en la defensa de una etnia vasca, en peligro, según Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco en 1895. Dicho peligro provenía de la supresión de los fueros (1876) y la llegada masiva de inmigrantes, debido a la industrialización vasca. El PNV, en su origen tenía una ideología antiliberal, de base racista y ultracatólica, que proponía una Euskadi independiente, católica y tradicional (agraria), bajo el lema Dios y Leyes viejas.
Mucho más débiles fueron los regionalismos andaluz, gallego y valenciano.


3. GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898: 

La guerra de los Diez Años en Cuba (1868 – 1878):
 Supuso el primer conato de independencia de la isla, que coincidió temporalmente con el Sexenio Democrático, la Monarquía de Amadeo de Saboya y no se finalizó hasta los primeros tiempos de la Restauración. En principio los pequeños y medianos propietarios de tierras y la clase media en general, solo aspiraban a una mayor autonomía que les permitiera adoptar decisiones acordes a sus intereses. Pero la insensibilidad española ante sus peticiones empujó a este sector hacia el independentismo. Ante esta situación, la salida fue la guerra que se prolongaría ante la ausencia de una salida negociada por parte de España, y el apoyo de EEUU a los independentistas (ya que sus inversiones en el sector azucarero cubano le hacían aspirar al control directo de la isla, sin el estorbo de España). Finalmente la ofensiva española con el liderazgo de Martínez Campos, puso fin al conflicto. Por la Paz de El Zanjón (1878) se concedió cierta autonomía a la isla.
De la guerra de Cuba a la guerra con EEUU (1895 – 1898):
La crisis del 98:
Los políticos españoles no eran proclives a aumentar la autonomía de Cuba, lo que hizo que los cubanos radicalizasen sus planteamientos y avanzasen en la idea de una ruptura de España. En 1895 estalló la revuelta bajo la dirección de José Martí (dirigente e ideólogo del Partido Revolucionario Cubano), y los generales Maceo y Gómez. La contienda por parte de los españoles fue dirigida por Martínez Campos, sustituido luego por el generla Weyler, partidario de la línea  dura (victoria militar sin negociaciones). Pero la clave de la guerra fue la intervención de EEUU, con el pretexto defender los intereses económicos norteamericanos en el negocio azucarero de la isla. EEUU, habían intentado previamente, sin éxito, comprar la isla España. Fue el estallido en el puerto de La Habana, del acorazado Maine (en extrañas circunstancias) lo que le dio el pretexto para  entrar en guerra contra España. La flota española era aniquilada en Santiago de Cuba mientras tropas estadounidenses invadían Cuba y Puerto Rico.
Las Filipinas: sobre todo desde el SXIX, con la perdida de las colonias americanas, España había puesto renovadas esperanzas en las Filipinas, donde la explotación de tabaco y azúcar era importante económicamente. Cuando los norteamericanos declararon la guerra a España en Cuba (1898), también se presentaron a los filipinos como sus libertadores y la flota española acabó sucumbiendo como lo había hecho en el Caribe.
El Tratado de París y la liquidación de las últimas colonias: en dicho tratado, EEUU impuso a España sus condiciones:
-          España perdía Cuba, que fue ocupada de modo provisional por EEUU.
-          Cedía a EEUU, Puerto Rico, Guam y las Filipinas.

España solo conservaba Marianas, Carolinas y Palaos, que fueron vendidas poco después a Alemania.
-   Consecuencias ideológicas: Las pérdidas territoriales provocaron un gran impacto en la opinión pública. Los intelectuales explicaban este hecho por la decadencia de España debido al abandono de los valores tradicionales. Esta realidad tuvo su expresión más clara en la Generación del 98, marcada por un profundo pesimismo (Miguel de Unamuni, Maeztu…). Nació además el regeneracionismo, que explicaba la situación de decadencia española por  el ineficiente sistema de la Restauración, basado en la oligarquía y el caciquismo (su máximo representante fue Joaquín Costa).
-   Económicas: la pérdida del aprovisionamiento de materias primas baratas como el tabaco y el azúcar y de los mercados coloniales. Como nota positiva se repatriaron a España muchos capitales situados en América, lo que permitió un gran desarrollo de la banca española.

-   Políticas: España perdía del todo, el escaso peso internacional que ya tenía y se inició por ello, para compensar estas pérdidas, la penetración en Marruecos. Además, los nuevos líderes de los partidos dinásticos, Maura y Silvela (conservadores) y Canalejas (liberal), terminaron por asumir algunas propuestas regeneracionistas, que en lo esencial tampoco ponían en cuestión el sistema.

AUTORMarcos Munguía.

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Línea del tiempo.

TEMA 11.

  • 3/10/1833>> Publicación del testamento Fernando VII. 
  • 1833-1840>> 1a Guerra Carlista.
    • 1833-1835>> 1a fase.
    • 1835-1837>> 2a fase.
    • 1837-1839>> 3a fase. 
  • 14/9/1839>> Don Carlos pasa a Francia. 
  • 7/7/1840>> Rendición de Cabrera.  
  • 1846-1849>> 2a Guerra Carlista.   
  • 1872-1876>> 3a Guerra Carlista.

  • 14/4/1872>> Proclama de Carlos VII.
  • 24/5/1872>> Convenio de Amorebieta.
  • 1833-1843>> Regencias Isabel II.
    • 1833-1840>> Regencia Mª Cristina.
    • 1840-1843>> Regencia de Espartero.
  • Agosto 1836>> Motín de la Granja de San Ildefonso.
  • 1843-1868>> Reinado de Isabel II.
    • 1844-1854>> Década moderada.
    • 1854-1856>> Bienio Progresista.
    • 1856-1868>> Últimos años de Reinado.
  • 1858-1863>> Gobierno Largo de O'Donell.
  • 1863-1868>> Crisis final del reinado.
  • 1868>> La Gloriosa.
  • 18/9/1868>> Estallido de la Revolución.
  • 1869-1870>> Regencia General Serrano.
  • Junio 1869>> Constitución del 69.
  • 1871-1873>> Reinado de Amodeo de Saboya.
  • 10/2/1873>> Dimisión Amodeo de Saboya.
  • 1873-1874>> I República.
  • 1873-1874>> Revolución Cantonal.